Celebramos el Día Nacional del Joven Empresario
Hoy se celebra el Día Nacional del Joven Empresario, por lo que desde la Cámara buscamos agasajar a todos ellos pidiéndole al referente de la Secretaría de Jóvenes, Elías Krafczuk, que nos cuente en primera persona cómo es la vida de un joven empresario, ya que estamos convencidos de que compartir experiencias nos enriquece.
Este es el resultado: un detallado relato de cómo es la vida de un emprendedor, sus motivaciones, miedos y anhelos. Esperamos les guste y puedan verse reflejados. ¡Feliz Día Jóvenes Empresarios!
Mi nombre es Elías Krafczuk y junto con mi hermana Ailín hoy somos la segunda generación de una empresa familiar de más de 30 años de trayectoria que se dedica al rubro de ferretería, construcción en seco y automatismos.
Como joven empresario por lo general tenemos dos caminos, el de emprender algo totalmente nuevo, desde cero, iniciar su propio proyecto de vida o bien el de heredar o sumarse a una empresa familiar en actividad, tomando la iniciativa de lo que alguna vez fue el proyecto de vida de alguien más. Ambas situaciones sumamente complejas, cada una con sus pro y sus contra, con sus errores y aciertos, con sus risas y sus canas.
Soy de los afortunados que lo comenta con conocimiento de causa ya que me toco estar en ambas veredas.
En el año 2009 me recibí de diseñador industrial en la Universidad Nacional de Córdoba, mientras realizaba mi tesis en la cual se entregan muchas maquetas y prototipos para demostrar hipótesis que uno plantea previamente.
Para el desarrollo de estos prototipos tuve que mandar a cortar unas piezas de madera a una empresa de cartelería, con un sistema innovador para la época que era el corte láser. Un proceso muy sencillo por el cual uno realizaba los planos de sus piezas y la maquina los cortaba en algún material laminar como ser mdf, acrílico, entre otros.
Ahí fue cuando se me «prendió la lamparita» y pensé qué bueno sería armar un local de corte láser y maquetería exclusivamente para estudiantes. Por supuesto contemplando el entorno de la ciudad de Córdoba que recibe más de 120.000 estudiantes por años y tiene más de 10 facultades de arquitectura, diseño y afines. Por ende un rubro hasta el momento sin explotar con una clientela potencial enorme que venía creciendo exponencialmente año a año.
Y así fue como con dos «ami-socios» (Brian Ozog y Guido Pongolini) formamos «Rubik Tecnología Láser» un emprendimiento exclusivo para estudiantes que brindaba soluciones de maqueteria.
El emprendimiento arranco muy bien, fuimos pioneros en el rubro y como pasa siempre con algo nuevo y de mucha demanda, en el corto plazo (seis a ocho meses) ya teníamos al menos cinco competidores en el mismo rubro que pretendían ofrecer lo mismo, al menos hasta el momento.
Cuando sucede esto, cualquier emprendedor busca soluciones a una posible futura problemática como ser caída de ventas, baja demanda, pérdida de clientes, entre otras.
Después de barajar muchas opciones, tuvimos una idea muy interesante: VOLVER A DIFERENCIARNOS.
Esta iniciativa no tenía promociones, ni días de descuentos, ni dos por uno, ni ninguna de esas medidas rápidas que te den resultados rápidos y que rápidamente pueden volver a ser utilizadas por otros.
Lo que hicimos fue armar en el subsuelo del local un taller de maqueteria totalmente equipado para que veinticuatro estudiantes a la vez puedan trabajar en sus proyectos. Seis bancos de trabajo amplios cada uno con cuatro taburetes para que trabajen cuatro chicos por banco, cada banco con su toma corriente y hasta su equipo de mate, esto sumado a un pañol con todas las herramientas y maquinas eléctricas que el estudiante podía necesitar.
Nuevamente una decisión que tomamos luego de analizar exhaustivamente nuestro entorno, un usuario (estudiante de una carrera proyectual) que por lo general vivía en un departamento muy pequeño sin espacio para nada más que la vida diaria en donde era casi una utopía tener un lugar cómodo para trabajar en las maquetas y mucho menos para tener un taller propio.
Y así fue como volvimos a diferenciarnos y los estudiantes no solo podían cortar sus maquetas sino que las podían armar en nuestro taller, no bajamos precios, ni hicimos promociones ni nada similar, simplemente brindábamos buenos servicios.
Pero, no todo es color de rosas en los emprendimientos, la contracara de estos aciertos son entre tantas cosas, el roce con tus socios, la interminable burocracia de los organismos públicos, la agobiante presión tributaria, entre tantas otras cosas. En fin la moneda corriente de los argentinos, que para que les voy a contar.
Pero más que nada creo que la clave de los emprendimientos y una cuestión que tenemos que tener muy en claro cuando vamos a emprender es si ese emprendimiento va a ser nuestro proyecto de vida o si simplemente vamos a darle vida a un proyecto, para luego desarrollarlo, potenciarlo y finalmente dejarlo ir.
En nuestro caso siempre fue la opción dos, ya que todos los socios teníamos otras actividades y por sobre todas las cosas, los tres teníamos empresas familiares en actividad y la verdad es que te puede ir muy bien pero el bichito de la empresa familiar te pica cuando naces y siempre está latente y así nos pasó, primero fue Brian, después Guido y a fines de 2012 me toco a mi.
Tenía que decidir si vender lo que tanto nos costó posicionar y venirme a trabajar a la empresa familiar que venía un poquito de capas caídas o quedarme y seguir con el emprendimiento.
Aquí aparece otro momento bisagra en la piel de un emprendedor, tener que tomar la decisión de separarse de algo que vimos nacer, que nos costó muchísimos insomnios, dolores de cabezas, los ahorros de toda una vida y sobre todo, el tiempo que le quitamos a nuestros seres queridos ¿y todo para que?, ¿para terminar vendiendo la empresa?.
Viéndolo así parece una estupidez hacerlo, pero así fue y allá por diciembre de 2012 vendí la empresa y me vine a trabajar a Guayacán la empresa familiar que me dio todo y sin dudas fue la mejor decisión que tome en mi vida, pero esa historia ya queda para otro capítulo…
PD: Rubik sigue trabajando hasta el día de hoy, 10 años después.
Fecha de publicación: 19-09-2019