Mercado Pago, Todo Pago y el Código QR desplazan al dinero cash en las compras

El número de clientes que deja de lado la billetera viene creciendo, ya que en Argentina existen casi 64 millones de líneas de celulares y 35 millones de internautas que pasan su mayor tiempo de navegación en los móviles.

 

Según un artículo publicado recientemente en el portal digital iProUP, en la Argentina existen casi 64 millones de líneas de celulares, 45 millones de cajas de ahorro con tarjetas de débito asociadas y 35 millones de usuarios de Internet que pasan su mayor tiempo de navegación en dispositivos móviles, lo que demuestra que están dadas las condiciones para que los pagos móviles sean una realidad y su implementación se masifique.

Hay un dato que está muy presente entre los referentes del sector: el número de personas que deja de lado la billetera para darle paso al smartphone viene creciendo fuertemente. En el mercado hay diversas tecnologías para usar el celular para abonar productos o prestaciones. Nacidos en fintechs (industria financiera que aplica la tecnología para mejorar las actividades financieras), bancos o empresas de cobro de servicios, cada método se adapta tanto a los clientes digitales como a aquellos no bancarizados.

Las que cobran mayor fuerza son las billeteras virtuales que –asociadas a una cuenta, tarjeta de crédito y hasta criptomonedas– permiten realizar diversas acciones desde el teléfono, como: pagar un servicio o un bien de consumo; transferir dinero a otras personas; y recargar crédito en diversos servicios de telefonía o de transporte (SUBE), entre otras.

Entre estas wallets se destacan algunas como TodoPago, ValePEI, Ualá o las que usan cuentas virtuales como Mercado Pago, PIM o Rapipago.

El Pago Electrónico Inmediato (PEI) es una de las opciones más accesibles, ya que articula con otros usuarios el envío o la solicitud de dinero tal como si se utilizara un servicio de mensajería al estilo WhatsApp.

Asimismo, la modalidad de cuentas virtuales gana terreno entre aquellas personas que no están bancarizadas. Tienen la particularidad que requieren mecanismos de “cash in”; es decir, hay que cargarle saldo a la billetera para luego usarlo para enviar efectivo o abonar productos y servicios. Para recuperar los fondos, hay que recurrir al “cash out” y así retirar el dinero.

El QR gana terreno

Por otro lado, en la Argentina va tomando fuerza el cobro en los comercios a través Quick Response Code o Código QR. Se trata de una operatoria simple de implementar sobre todo por los comercios.

Para su utilización, estos deben contar con un código impreso disponible para los compradores, quienes, al momento de abonar, deberán escanearlo con su teléfono y efectuar el débito correspondiente desde cualquiera de los medios de pago asociados a su billetera electrónica.

Este sistema es mucho más económico para los comercios en comparación con un posnet y las altas tasas de las comisiones de las tarjetas de crédito y débito que deben abonar mes a mes.

Mientras el sector comercial está «en pañales» en esta materia, cada vez son más los emprendedores, prestadores de servicios a domicilio y profesionales que optan por este mecanismo de cobro.

Mercado Pago, la plataforma de cobros que nació de la mano de Mercado Libre y que hoy ya tiene vuelo propio, posee acuerdos con más de 200.000 comercios para la utilización de QR.

Se calcula que ya hay un millón de pagadores a través de este sistema. A ello se suman más de 2.500 servicios e impuestos disponibles para abonar. En estos casos, se escanea el código de barras de la boleta.

Los usos más comunes que se le dan a estos mecanismos transaccionales son, en primer término, la recarga de saldos, seguidas por las transacciones con QR y el envío de dinero.

Al toque

La otra tecnología usada para abonar es la contactless (sin contacto), presente en las operatorias más cotidianas. Las hay de dos tipos: la Near Field Communications (NFC) y Radio Frequency Identification (RFID).

La primera es la que utiliza la tarjeta SUBE y que necesita de un contacto directo con el punto de venta. Desde el momento inicial, esta modalidad estuvo pensada para los celulares.

Por sus características, no permite la transmisión de grandes cantidades de datos, sino que es para una comunicación instantánea entre un dispositivo y un receptor. Por ello, su uso más común es la identificación y validación de equipos y personas.

Además, los smartphones de alta gama ya vienen con un chip NFC, por lo que se convierten fácilmente en herramientas de pago. De hecho, los sistemas Google Pay, Apple Pay y Alipay aprovechan esta tecnología. Aunque estas plataformas todavía no están habilitadas en la Argentina.

Por su parte, RFID se usa para abonar en los peajes, en los que se paga sólo por proximidad. Su sistema es simple, ya que identifica mediante un lector –sin contacto y a distancia– una tarjeta o etiqueta que puede llevar una persona, un vehículo en movimiento o un producto.